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Entrevista realizada a Manuel Villajos por Pilar Domínguez Prats, en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), el día 7 de agosto de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 110 minutos de grabación y 49 páginas de transcripción realizada por Carmen Grandas Vergara

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0008
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  • 2000-08-07
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Manuel Villajos nació en Alcázar de San Juan en 1930. Hace los estudios primarios y a los 11 años, por necesidad económica, se va a trabajar como pastor para unos ganaderos del pueblo. Continuó este oficio hasta los 17 años, entonces empieza a estudiar en una escuela ferroviaria particular con la intención de entrar en RENFE.
En 1949 ingresó en RENFE como obrero de vía y obras, poco después le ponen a trabajar de "listero", apuntando las tareas que hacen sus compañeros.
Hace el servicio militar en el regimiento de zapadores ferroviarios, después vuelve a Alcázar a una brigada de vía y obras donde trabajó como mecanógrafo. Allí le ocurrió un incidente grave para él pues "se jugaba el pan", cuando se acababa de casar, hacía un año.
Relata con detalle ese incidente: en el año 1959, un compañero le acusó de haber promovida una huelga de ferroviarios, lo cual era falso. Tuvo un juicio de conciliación donde se demostró su inocencia, gracias al apoyo de su jefe y de los compañeros. El promotor del incidente se tuvo que marchar a otro lugar.
Habla de las condiciones laborales en aquellos años 40 y 50, con sueldo bajos y sin herramientas para trabajar, pero sin posibilidad de protestar por ello ya que siempre había otro dispuesto a coger el trabajo.
Más adelante pasa a ser obrero especializado mediante un examen. Luego le proponen ir al sector de enclavamientos "con reemplazo", no fijo. Allí estuvo haciendo el trabajo de engrasador con la categoría anterior; es decir, como obrero especializado (en la entrevista se lee la carta de contestación del director de RENFE, de 1964, a su escrito por haber cobrado de más, la dirección le concedió un premio a su honradez).
Describe el trabajo de engrasador en un enclavamiento hidráulico: limpiar los cambios, las agujas, los cerrojos, las señales y engrasar los cojinetes de los cambios para que las agujas resbalaran bien; lo más importante era la limpieza de todos los aparatos.
Considera que era un trabajo más suave que el de obrero de vía, pues ya no se usaba pico y pala. Había turnos de 8 horas de mañana, tarde y noche. En la brigada había 3 oficiales, 2 ayudantes, dos engrasadores y otros cuatro que no tenían la categoría pero hacían de engrasadores.
En el año 1968 hace una reclamación al director de RENFE para que le reconozcan la categoría de engrasador y gracias a su reclamación se admite el paso directo a la categoría de engrasador de enclavamientos. La plaza era en Sta. Cruz de Mudela, pero no llegó a trabajar allí porque hacía falta en Alcázar de San Juan.
El puesto de ayudante engrasador de enclavamientos lo consigue por medio de un examen en 1982. Su tarea es colaborar con el oficial. Las duras condiciones de trabajo mejoraron con la llegada de otro jefe de equipo a la brigada de enclavamientos, "El Maña", que consiguió que se hiciera un taller de trabajo, allí había una taladradora y una fragua eléctrica, entre otras cosas.
Trabajó de ayudante de enclavamientos sin que se le reconociera esta categoría hasta que se examinó. A partir del 82 fue difícil ascender de categoría porque no había concursos. Como ayudante tenía que hacer un trabajo más especializado: mirar los niveles de agua del depósito del enclavamiento hidráulico, comprobar las agujas y los cambios, etc. La electrificación de las líneas afectó a estos enclavamientos provocando averías.
Habla de las ventajas sociales de la RENFE, en Alcázar había un importante poblado ferroviario pero el no vivió allí porque tenía la casa de su mujer. Sin embargo habla muy bien de la escuela de aprendices de Villagarcía de Arosa donde estudió su hijo soldador chapista, durante tres años desde los 14.
Para él los sindicatos fueron responsables del declive de estas escuelas porque redujeron a un solo año los estudios que allí se hacían. Tiene una actitud crítica respecto a los sindicatos, aunque estuvo afiliado a UGT. Sólo considera bueno el primer convenio que se firmó con los sindicatos, luego dice que no conseguían nada con las huelgas.
Después pasó a instalaciones de seguridad como montador mecánico (1984), un trabajo más sencillo porque funcionaba con un motor eléctrico.
En la última etapa estuvo en Socuéllamos, hacía de oficial, jefe de otro obrero, pero con la categoría de ayudante. Le pagaban lo mismo, más dos horas extra y la comida. Se jubila con 56 años, en 1986, porque tenía más ventajas económicas para él. Tiene creencias religiosas aunque no es practicante.

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Entrevista realizada a Juan Francisco Rodríguez Rodríguez por Pilar Domínguez Prats, en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (Madrid), el día 31 de octubre de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 140 minutos de grabación y 34 páginas de transcripción realizada por Pilar Domínguez Prats

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0009
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  • 2000-10-31
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nace en Collado Mediano (Madrid) en 1964; de padre ferroviario (obrero especializado de vía y obras) y madre cocinera. Su infancia transcurrió en el pueblo, junto a sus tres hermanos, hasta 6º de EGB. Recuerda el vagón del economato y los viajes familiares en tren a Madrid los días festivos.
Luego siguió estudiando interno en Madrid, el primer grado de formación profesional (electrónica) y parte del segundo grado. No acabó este grado porque su padre le convenció para presentarse a la convocatoria de militares de ingreso en RENFE; al aprobarla estuvo tres años de servicio militar, de los 18 a los 21 años.
Describe las actividades y la enseñanza en estos años de “mili”, el primer año fue el más duro porque había una disciplina exagerada y se exigía mucho estudio. En principio pensaba ir a telecomunicaciones o señalización, pero en función de las notas y la oferta de plazas tuvo que hacer la especialidad de enclavamientos mecánicos. Hizo dos años de prácticas en enclavamientos como militar, junto a un cursillo teórico para ser oficial. Al licenciarse salió con la categoría de ayudante, pero a los dos años pasaba automáticamente a oficial. En su opinión la formación que les daban era excesivamente teórica.
Las prácticas consistían en estar seis meses en “conservación” o mantenimiento y otros seis meses en “montaje”.
El mantenimiento lo hizo en la línea de Príncipe Pío, desde Madrid a Robledo de Chavela. Revisaban todas las estaciones comprobando los cambios, los ayudantes se ocupaban de la limpieza y el engrase de los aparatos y también comprobaban su funcionamiento, divididos en grupos.
Tiene buenos recuerdos de esta primera etapa ya que en enclavamientos había compañerismo y una buena relación con la gente mayor. Las condiciones de trabajo “no estaban mal” y además valora las ventajas de los viajes gratis en tren y las vacaciones.
En los talleres de material fijo de Villaverde Bajo el trabajo era más monótono, se limpiaban los aparatos dentro del taller, aunque también hicieron el montaje de la estación de Villaluenga- Yuncler en la línea de Cáceres.
A diferencia de las épocas anteriores, trabajaban con monos, botas y guantes que daba la empresa. Estos se rompían mucho y no eran suficientes.
Considera que entró en una buena época para el ferrocarril español, había mejorado mucho en su infraestructura y en el sueldo de los trabajadores.
Los últimos meses de “mili” fueron en Chamartín, donde había mucho trabajo y poco personal. Trabajó con “los eléctricos” en la línea hasta Burgos por ser un CTC.
Destino definitivo en Santander como oficial de entrada (luego se llamó montador). La brigada de Santander, con un jefe de equipo y tres o cuatro montadores, llevaba la línea hasta Bárcena, luego al cerrar Reinosa era hasta Aguilar de Campoo. Allí estuvo desde 1985 al 92.
También estuvo “con reemplazo” en la categoría de jefe de equipo, le pagaban la diferencia entre las categorías y le daban más vacaciones.
Se presentó a la convocatoria de plaza de jefe de equipo, aprobó y le mandaron a Tarragona. Esto le supuso un trastorno familiar pues su mujer estaba en Madrid y allí nació su hija.
En Tarragona trabajó con aparatos más antiguos, como los accionamientos Siemens, eran cuatro oficiales, un jefe de equipo y un encargado. Además trabajaban en la “brigada de incidencias” para las averías; esta brigada funcionaba mejor que la antigua brigada de incidencias. Su situación familiar le hizo aprovechar, en el año 95, una posibilidad de trabajar en Madrid al margen de los enclavamientos, donde está actualmente.
En relación con la cuestión sindical da bastante información sobre las reivindicaciones de su sector. En Madrid, en los primeros años se planteaba el problema de la jubilación al cambiar la base de cotización.
También se sumaron a la huelga general de 1987 en contra de la política económica del gobierno. En Santander había numerosas asambleas sindicales en protesta por los ajustes de plantilla que se producían y por el cierre de algunas dependencias de enclavamientos. Esa fue su etapa sindical más activa dentro de Comisiones Obreras, luego en Tarragona se desvinculó bastante del sindicato.
En estos años se criticaba mucho el sistema de promoción pues se mandaba a enclavamientos a gente de otros servicios de una escala superior que impedían la promoción de los que ya estaban allí y el sistema de traslados dentro de la sección de mantenimiento e infraestructura.
Comenta también las diferencias entre la forma de trabajo anterior a él, de la gente mayor de RENFE, más vinculada a la empresa y al mundo ferroviario y los trabajadores actuales, más individualistas.

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Entrevista realizada a Leonardo Onís del Puerto por Pilar Díaz Sánchez, en la Residencia de Ferroviarios de San Juan (Alicante), el día 26 de junio de 2000. Consta de 1 cinta-casete, 84 minutos de grabación y 60 páginas de transcripción realizada por Pilar Díaz Sánchez

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0013
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  • 2000-06-26
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nace en 1903 en Rágama, Salamanca; casado con una guardesa, lo fue durante 9 años, tiene un hijo que es licenciado en Químicas, que también trabaja en RENFE Familia muy humilde que emigra a Pamplona porque allí tiene un tío y un hermano que trabajan en los ferrocarriles; emigra toda la familia y él acude a una academia gratuita a aprender a dibujar. Ingresó en 1921 en la Compañía del Norte de España. Ha sido obrero, Capataz y Sobrestante durante 30 años. Tiene grandes facultades para el dibujo y ha aportado algún dibujo para el proyecto. Comenzó dibujando los cambios de vía y dice que llegaba a dirigir las obras. El hecho de que dibujaba tan bien le posibilita el ascender a Obrero primero sin tener que desplazarse a un puesto que no reunía las condiciones mejores. Desde que es Obrero fijo, tiene casa. Se jubila en 1971.
Hace la mili en caballería y montaba muy bien a caballo, por eso le mandan a Madrid a la escuela de equitación; está en Madrid en el año 1924 y dispuesto a ir a la guerra de Cuba, pero la finalización de la misma en ese año le permite continuar en España.
Relata su trabajo en la Compañía de Ferrocarriles del Norte y dice que era la mejor que había y cómo se trabajaba, “que eran como hermanos”. Descripción de la comida en común y de la vida en Pamplona, que “a pesar de que el sueldo era pequeño, tenían muchos beneficios”.
Su mujer ejerce de guardesa para conseguir la vivienda en la que viven; describe el trabajo de guardesa y no le da demasiada importancia, dice que lo hacía “porque quería que él tirara para adelante”. Los turnos de las guardesas y de los guardabarreras eran 8-8-8, pero el guardabarrera por la noche. La guardesa ganaba 1 peseta.
Forma parte de un “tren de avance” que va reparando las vías en la guerra civil.
Resulta muy interesante como se describe apolítico, que no pertenece a ningún partido ni sindicato, a diferencia de sus compañeros que eran de la UGT o del P.C., para a continuación decir, “o sea que era de derechas”.
Cuenta como la Guardia Civil llevaba control de todo el personal y como él lee estos informes de una cartera que se dejan olvidada en su casa.
Cuando trabaja en un rebaje de un terraplén en Cortes, hay 400 hombres trabajando y más de 100 son prisioneros, empieza a contar esta historia cuando dice que estaba trabajando en el tren de avance y los jefes confiaban en él, a pesar de que seguía siendo obrero primero, no había ascendido porque con la guerra se habían detenido los ascensos.
Sobre el trato con los prisioneros presume de que él los trataba muy bien y los hacía trabajar mucho, porque a veces les permitía que estuvieran con la familia cuando iban a verlos, dice que cuando les licenciaban se iban a despedir muy contentos.
Dice que además iba el sargento o el teniente a pedir informes de los prisioneros y que como no les dejaba hablar de política, le querían mucho. En realidad la confianza que se tiene en él es fruto del colaboracionismo con el nuevo régimen.
Le encargan que se haga cargo de la línea de Soria, que se agrega a la de Pamplona, para que vaya a inspeccionar todo aquello, cuando se produce el Rescate, porque él estaba destinado en la Compañía del Norte y dice que como la dirección de esta línea sabía que “iba a venir la RENFE”, no había metido traviesas en 3 años y había descarrilamientos todos los días.
Describe como en la Compañía del Norte el economato consistía en un vagón o dos del tren que pasaba con lo que se pedía, lo que pedían las guardesas y los obreros. También como llenaban los aljibes con el agua que llevaba el vagón-cisterna, en los años 1925, 26, 27.
Resulta de interés todo lo que dice relativo a la Compañía del Norte.
Acaba la cinta criticando la actuación del Director de RENFE Valverde al que acusa de haber estafado con la compra de unos terrenos en Madrid y con el AVE.

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Entrevista realizada a José Escolano Paul por Pilar Folguera Crespo, en las oficinas de Renfe, estación de Chamartín (Madrid), el día 27 de junio de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 150 minutos de grabación y 19 páginas de transcripción realizada por Pilar Folguera Crespo

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0021
  • File
  • 2000-06-27
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
José Escolano Paul nace en Puerto Real (Cádiz), el 18 de diciembre de 1926. Procede de una familia de clase media “clase media alta intelectualmente, de clase media agobiada materialmente”, según sus propias palabras. Su padre era abogado, del Cuerpo de Interventores de la Armada, su madre, procedente de una familia de terratenientes medios, era ama de casa. Realiza sus estudios medios en los Salesianos y posteriormente viene a Madrid donde ingresa primero en la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación y posteriormente, en 1952, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos.
Se define a sí mismo como “falangista” y desde el punto de vista religioso como “católico practicante” y cercano a las ideas de Escrivá de Balaguer.
Ingresa en RENFE en el año 1956, con la categoría de Ingeniero en Prácticas en Vía y Obras. Recuerda de esos años el ambiente militarista y la disciplina que había en RENFE. Posteriormente es nombrado Ingeniero Encargado de Renovaciones y entre sus competencias se encuentra la renovación de varios tramos de vía utilizando para ello el Plan de Ayuda Americano.
En 1961 le nombran Jefe de Vía y Obras de Valencia y posteriormente Jefe de Obras e Instalaciones de Valencia. Posteriormente fue nombrado Subdirector y Director sucesivamente , de forma que bajo su dirección se abordó la renovación de la zona de Albacete, Cartagena y Teruel.
En 1969 le nombraron Director de la Zona de Barcelona lo que le permitió abordar el desdoblamiento de vía de la zona y la renovación de la línea de Zaragoza a Lérida y Barcelona, así como la construcción, junto con el Ministerio, de la estación de Sants.
En 1972 le trasladan a Madrid y le nombran Director Adjunto, siendo responsable desde este cargo del Plan de Inversiones lo que le permite abordar la electrificación de parte del trazado, finalizar la estación de Sants y la construcción de la estación de Chamartín, entre otras obras.
En 1982 es nombrado Inspector General, siendo responsable de la inspección de obras en marchar así como los accidentes que ocurrieran en la vía. En 1992 se jubila aunque permanece activo asesorando a la propia RENFE y a otras empresas.

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Entrevista realizada a José Luis Tercero Soriano por Francisco Polo Muriel, en Espelúy (Jaén), el día 6 de septiembre de 2002. Consta de 1 cinta-casete, 81 minutos y 4 segundos de grabación y 21 páginas de transcripción realizada por Elena de Luis Roldán

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-2-PHO-0002-0019
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  • 2002-09-06
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA: (AMPLIAR)
José Luis Tercero Soriano nació el 18 de diciembre de 1926 en Espelúy. Está casado y tiene tres hijos, dos mujeres y un varón. Procede de una familia de ferroviarios. Sus abuelos y sus tíos, tanto por vía paterna como materna, eran ferroviarios. Su padre fue visitador de Material Móvil. Su madre se dedicaba a sus labores. Su hijo varón también es ferroviario en unos almacenes en Zaragoza. José Luis acudió a la escuela que tenía la Compañía MZA para los hijos de ferroviarios desde los cinco años hasta los catorce. En 1944 realiza su primer trabajo en RENFE a través de una compañía auxiliar de ferrocarriles que se dedicaba al transporte de mercancías. Trabaja en la cabina de bultos tres años y en el año 1947 ingresa como fijo en RENFE en calidad de peón. Después trabajó como enganchador de maniobra y a los 35 años aprobó la plaza de factor de circulación y fue trasladado a Baeza, donde trabajó y unos meses antes de regresar a Espelúy. Allí ha permanecido hasta la fecha de su jubilación, el 1 de agosto de 1988.

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Entrevista realizada a Lope García Serrano por Elena de Luis Roldán, en Castejón de Ebro (Navarra), el día 21 de octubre de 2002. Consta de 1 cinta-casete 66 minutos y 51 segundos de grabación y 14 páginas de transcripción realizada por Elena de Luis Roldán

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-2-PHO-0002-0014
  • File
  • 2002-10-21
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Lope García Serrano nació el 21 de noviembre de 1937 en Castejón de Ebro, Navarra. Está casado y tiene tres hijos, dos chicas y un chico. Su padre era fogonero en el depósito de Tarragona y su madre se dedicaba a sus labores. Tiene dos hermanos y cuatro hermanas. Los dos hermanos eran ferroviarios, uno inspector de almacén de movimiento y otro oficial de material móvil. De sus hermanas, dos de ellas estaban casadas con ferroviarios.
En un principio describe su trayectoria profesional relacionada con el ferrocarril una vez que deja la escuela municipal a los 12 ó 13 años. Ingresa a los 18 años como voluntario de ferrocarriles en Zaragoza y explica los exámenes que tuvo que superar para ingresar en la unidad de prácticas de ferrocarriles de RENFE, y que después de cuatro años de prácticas se licencia en calidad de fogonero y maquinista autorizado. Describe su vida en el poblado de Castejón de Ebro, los barrios de las casas para ferroviarios cedidas para los trabajadores de RENFE que se crearon, debido a la construcción del ferrocarril en el pueblo, entre esos barrios menciona, el barrio del cura y el barrio verde. Cuenta que se creó, en un principio, un economato ajeno a la RENFE, fundado por los propios ferroviarios como una cooperativa ferroviaria, y posteriormente otro perteneciente a RENFE. También describe cómo era la vida diaria en los barrios de casas para ferroviarios en Castejón, en concreto en el barrio del cura, donde vivió con su familia. Habla del tipo de educación que recibía, que la impartía el cura del pueblo; el servicio sanitario, los servicios religiosos, la vivienda, las fiestas que se celebraban en el poblado, la fiesta de la Virgen del Amparo y San Francisco Javier, el patrón del pueblo, también cuenta las actividades que se solían realizar en los momentos de ocio, por ejemplo, pasear por el pueblo, jugar al balón, pasear en bicicleta…Después de esto, menciona al alcalde más antiguo del pueblo, Paco Roid, y que algunos de los alcaldes habían sido ferroviarios. También cuenta que realizaban actividades culturales organizadas por la gente del pueblo, en su mayoría teatros. Y por último, explica de qué manera afectaron los hechos históricos y políticos del momento a la evolución del pueblo, por ejemplo, la 2ª República, la Guerra Civil, la dictadura y la Transición, cuenta que un hombre del pueblo que era jefe de tren tuvo que huir hacia Francia porque venían a por él y que con la llegada de la democracia, regresó a Castejón y readmitido en RENFE como operario. Y por último, menciona, con respecto a la existencia de agrupaciones políticas o sindicales de Castejón, que cree que existía en el pueblo una agrupación de la CNT.

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Entrevista realizada a Antonio Tapiador Zenner por Francisco Polo Muriel, en Algodor (Madrid), el día 21 de noviembre de 2002. Consta de 1 cinta-casete, 82 minutos y 58 segundos de grabación y 25 páginas de transcripción realizada por Elena de Luis Roldán

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-2-PHO-0002-0002
  • File
  • 2002-11-21
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nació el 10 de marzo de 1921 en la ciudad de Córdoba. Hijo de ferroviario, maquinista, quedó huérfano de padre a los 13 años. Su bisabuelo por línea materna, de origen alemán se afincó en España, y residió en las ciudades de Ciudad Real y Córdoba. Vino a España a trabajar como ingeniero en la construcción del Ferrocarril de Córdoba a Sevilla. Su abuelo por línea materna también continuó con la profesión ferroviaria al ejercer como maquinista. Él es el mayor, teniendo otras dos hermanas, siguiendo una de ellas también la vinculación ferroviaria al pertenecer al cuerpo de maestros de RENFE.
A los 8 años se traslada de Ciudad Real a Almorchón, al resultar ascendido su padre de fogonero a maquinista, donde permaneció hasta los trece años de edad, momento en el que falleció su padre a causa de enfermedad, y se trasladó con su familia a Córdoba, lugar en el que cursó el bachillerato hasta que estalla la Guerra Civil en 1936, terminando sus estudios de instituto en Badajoz, ciudad en la que reside con su familia acabada la guerra. Posteriormente cursa la carrera de Magisterio, y prepara oposiciones, ingresando como maestro en la estación de Linares-Baeza en el año 1942. Allí estuvo hasta 1955, momento en el que ingresa en calidad de ingeniero en la Metalúrgica de Santana, en Linares, gracias a los estudios de Perito Industrial que realizó durante los años que estuvo de docente en la estación. Desarrolló esta actividad de 1955 a 1969, fecha en la que se dedicó al cálculo de estructuras metálicas de régimen de autónomo en la ciudad de Córdoba. Finalmente en se jubila en 1976.
En cuanto a la vida en Almorchón comenta que aunque las condiciones eran humildes, sin agua en las casas ni luz eléctrica, expone que su vivienda era espaciosa, en parte debido a la condición de maquinista de su padre, empleo que junto al jefe de estación, el maestro de la escuela y el asentador de vía y obras, estaban mejor considerados que el resto, aunque el ambiente era bueno e incluso familiar. No obstante, reconoce el entrevistado que Almorchón no tenía servicio médico ni guarnición de guardia civil, ni alcalde, dependiendo de lo establecido en el cercano pueblo de Cabeza de Buey. En la primera posguerra incluso se contemplaba al lugar como destino del personal ferroviario depurado.
En Linares-Baeza en un principio no había médico ni cura, dependiendo de Linares, pero debido a la mayor capacidad de una ciudad como Linares frente a Almorchón, no se pasó mucha necesidad en unos años muy precarios como los de la primera posguerra, exceptuando 1943.

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Entrevista realizada a Pedro Rafael Vela Navarro por Domingo Cuéllar Villar, en las oficinas del ayuntamiento de la estación de Linares - Baeza, el día 6 de septiembre de 2002. Consta de 1 cinta-casete, 75 minutos y 40 segundos de grabación y 20 páginas de transcripción realizada por Elena de Luis Roldán

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-2-PHO-0002-0027
  • File
  • 2002-09-06
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Rafael Vela Navarro nació el siete de mayo de 1928, en Santa Cruz de Múdela, en la provincia de Ciudad Real. Está casado y tiene un hijo. Su padre era mozo de agujas en la estación de Linares-Baeza y su hermano también desarrollaba labor ferroviaria.
Comienza describiendo su trayectoria profesional. No asistió durante mucho tiempo a la escuela de MZA debido a que pronto comenzó la Guerra Civil Española, y tuvo que abandonar la estación junto con su familia debido a los bombardeos, y en cuanto la Guerra termina regresan. Después de la Guerra, alrededor de 1942, ingresa en RENFE como peón de la CNS y el ocho de agosto de1945, debido a la escasez de personal, ya como factor con una brigada a su cargo. A lo largo de su vida pasa por diferentes destinos hasta volver a la estación donde nació. Durante todo ese tiempo, ha vivido en diferentes lugares para promocionarse profesionalmente, relatándonos su vida en los poblados ferroviarios.
Vive en Linares-Baeza hasta que se casa en 1958, y es cuando abandona la casa de sus padres para trasladarse a la vivienda de RENFE en Calancha. Más tarde, solicita como destino Vilches, y le es concedido. Después Torreblascopedro, y alrededor de 1965-66 es cuando retorna a Linares-Baeza, excepto un pequeño periodo en el que fue destinado a la refinería Calvo Sotelo. Debido a los enfrentamientos con el jefe de estación, lo devuelven a su destino como jefe de estación, y se jubila poco después a fines de 1984. Afirma que la vida en los poblados era buena para los tiempos que corrían. Las viviendas contaban con un inodoro, pero no lavabo ni bañera. Las casas tenían habitaciones pequeñas, pero cubrían sus necesidades. Contaban con electricidad pero no agua potable, ya que recuerda que salía todos los días un tren de la estación de Linares-San José para llenar la cisterna, y una vez de vuelta se repartía por el poblado. En cuanto a los servicios, en algunos poblados tenían médico, farmacia y tienda de comestibles. Otros no tenían nada de esto, y sólo disponían del tren del economato o ni siquiera, y tenían que pedir favores para que les enviasen comestibles o lo que necesitasen. Algunos de los trabajadores tenían huerto y algún animal. Centrándose en la estación Linares-Baeza, en relación a su vida social, muchos de los trabajadores participaron en actividades teatrales. Formaron una compañía teatral en la que el Alcalde era el director. Respecto a las fiestas, gracias a los ferroviarios, se introdujo la de La Virgen del Rocío, que duraba unos dos o tres días, y aun hoy se sigue celebrando. En relación a la vida sindical, él era vocal sindical provincial del Sindicato Vertical, pero afirma que los sindicatos hacían lo que decía el Gobierno, pero eso sí, los obreros estaban más protegidos que ahora. De la Guerra Civil, recuerda los bombardeos del principio y del final de la misma. Debido a esto su familia menos su padre emigran a Santa Cruz de Mudela a casa de una tía suya. También existían refugios para las personas que se quedaban. Recuerda las represalias políticas que hubo al terminar la Guerra y las depuraciones. Baeza fue una estación de castigo para todo aquel del que se sospechaba que fuese republicano. Las opciones eran: encarcelarlo, despedirlo o trasladarlo. Pasado un tiempo algunos de los despedidos fueron readmitidos.

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Entrevista realizada a Pedro Prada Mora por Francisco Polo Muriel, en Almorchón (Cabeza de Buey, Badajoz), el día 25 de octubre de 2002. Consta de 1 cinta-casete, 91 minutos y 16 segundos de grabación y 31 páginas de transcripción realizada por Elena de Luis Roldán

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-2-PHO-0002-0001
  • File
  • 2002-10-25
  • Part of Colecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Pedro Prada Mora nació en Almorchón (Cabeza de Buey, Badajoz) el 29 de diciembre de 1929. Hijo de ferroviario, fue el segundo de ocho hermanos, cuatro de los cuales (incluido él mismo) ingresaron en RENFE. Informante para temporadas en el poblado ya que disfruta de una vivienda en régimen de alquiler. Tiene dos hijos, uno de ellos, el varón, es ferroviario. Su relación laboral con el ferrocarril se inició en 1948 cuando comienza a trabajar como auxiliar administrativo en la concesión del economato de RENFE existente en aquellos años en el poblado de Almorchón. En el año 1962 ingresa oficialmente en RENFE al traspasar personal de los concesionarios economatos de RENFE a dicha empresa pública. Se jubiló en 1989 como jefe de Oficina de Segunda. Su último destino fue Alcázar de San Juan en las oficinas de los talleres de Material Remolcado existentes en dicha localidad. Estuvo viviendo en Almorchón hasta que se licenció del servicio militar, que fue en agosto de 1954. Siguió y sigue manteniendo contacto con el poblado. Su padre desempeñó gran parte de su vida activa como Jefe de Estación de Almorchón.
Pedro nos cuenta las cosas que había en el poblado: había una escuela, con dos pabellones, uno para niños y otro para niñas. El personal que había era un maestro, una maestra y una auxiliar. Para los chicos la salida era RENFE y las chicas solían hacer corte y confección, aunque alguna acabó también en el ferrocarril. Como no había bachiller ni siquiera en Cabeza de Buey, los chicos se hacían ferroviarios. También había una iglesia, capilla con campanario, donde se celebraban las misas y comuniones. El cura vivía allí permanentemente. Había también una tienda y una carnicería.
Las viviendas eran de diferentes tamaños, el informante vivía en una con cuatro habitaciones para 11 personas, con un comedor y el servicio en el patio. Cuando era pequeño se alumbraban con quinqué (la electricidad llegó sobre el año 45-46), y no tenían agua corriente, tenían que traerla de los depósitos. Sí tenían algunos animales, como gorrinos, gallinas y conejos y pequeños huertos, por los que tenían que pagar unas pesetas a RENFE.
El poblado contaba con una brigadilla de orden para vigilancia de forma permanente, que entre otras cosas vigilaban las carboneras y actuaba de forma contundente. También había un médico, un ATS y llegó a haber un alcalde pedáneo, que por muchos años fue el padre de Pedro.
Almorchón está cerca del frente durante la Guerra Civil, sufren los bombardeos, los trenes de refugiados y la destrucción de sus casas. Muchos se van a vivir al monte, y más tarde a un vagón marchándose a Almendralejo. Con el final de la guerra muchos ferroviarios sufrieron las consecuencias de la depuración posterior.
Los lugares de encuentro en el poblado eran la pista de baile y la cantina. Los jóvenes jugaban al fútbol en el campo de futbol que había en el poblado, y llegaron a formar un equipo, el Club de Futbol de Almorchón, y competían con otros pueblos. En la escuela, los niños representaban obras de teatro.
En Almorchón celebraban algunas fiestas, como la romería a la ermita de la Virgen de Belén (27 de septiembre), la celebración de las pascuas, que adornaban con madroños y abrían las casas para tomar algo con los demás vecinos. También celebraban La Candelaria.

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