Papel albúmina a partir de colodíon humedo. Bajo la imagen, aparece un sello seco estampado en el soporte secundario empleado para la presentación de la fotografía, con el escudo británico y bajo él, el texto C. Clifford y Photo. of. H.M, significando estas últimas, muy posiblemente, "Photographer of her High Majesty". Junto con la fotografía se incluyen dos hojas de material anejo con los siguientes textos:

• "Recuerdos de Valladolid": El día 23 de julio de 1858 será siempre memorable para los habitantes de la antigua Corte de España, Valladolid, capital llena de gloriosos recuerdos. El inmenso gentío que circulaba por sus plazas, sus calles y su Campo Grande era claro indicio de que aquel día iba á ser testigo de un grande acontecimiento, y tal puede llamarse realmente la llegada de SS. MM. y sus Augustos Hijos. Un sol brillante doraba las innumerables banderas y las ricas colgaduras que adornaban y cubrían, por decirlo así, la carrera toda por donde había de pasar la Real Comitiva. Lo primero que llamaba la atención del público era la magnífica tienda de campaña, de damasco y seda, construida por los Señores del Crédito Moviliario para á SS. MM. fuera de las puertas de la población, con la feliz idea de que las Reales Personas pudiesen descansar un momento antes de entrar en Valladolid. A poco mas de las siete se apearon SS. MM., en medio de los estrepitosos aplausos del numeroso gentío, y fueron recibidos por las Autoridades, por los Sres. Duclerc y Olea, representantes de la Sociedad de Crédito Moviliario Español, los Ingenieros del Gobierno y los de la Compañía. Después de manifestar bondadosamente SS. MM. la admiración que les causaba el inmenso y elegante arco, de diez metros de altura por treinta de luz, levantado enfrente de la tienda, entraron en Valladolid y cruzaron la población, siempre acompañados de universales y entusiastas aclamaciones hasta llegar á Palacio para reposar de las fatigas del viaje, que, gracias al camino de hierro, no serán ya de temer cuando SS. MM. se dignen repetir la excursión de este verano al corazón de Castilla.
• "Puente del Príncipe Alfonso": El día 25 fue el más notable de la visita de los Régios Huéspedes, como el señalado por SS. MM. para honrar con su presencia la colocación de la piedra clave en este puente, que es una de las obras de más mérito, entre las varias dignas de esta calificación, ejecutadas últimamente en la importante línea del Norte. Habíanse hecho grandes preparativos para la solemnidad y brillo del acto, construyendo un camino para ir al puente, y levantando con una previsión exquisita una isleta en medio del río, en la cual se colocó una magnífica tienda de campaña. El puente es una de las obras más perfectas del arte, y atraviesa el río Pisuerga, cuyas abundantes aguas ofrecen en este punto el aspecto de un gran lago; y en aquel día, con la elegante tienda de campaña, en que flotaba el Pabellón Real, con los árboles plantados en la isleta, con el inmenso concurso de gente, las banderas, la música militar, iluminado todo por un sol que solamente se ve en este país favorecido por la naturaleza, completaba el cuadro más animado y pintoresco que pudiera crear la fantasía. A las seis de la tarde, á pesar de lo caluroso de la estación, no había punto alguno desde donde, mal ó bien, pudiese verse á SS. MM., que no estuviese ocupado. A poco más de las siete llegaron, sin escolta alguna, las Reales Personas al puente de servicio que conducía á la isleta, y allí fueron recibidos por los Sres. Olea y Duclerc, acompañados de los Sres. Fournier, Ingeniero Jefe; Lesguillier y Boutillier, Ingenieros de las obras. Después de oir algunas sentidas palabras alusivas á las circunstancias, SS. MM. pasaron á la tienda y presenciaron la ceremonia de la colocación de las monedas y la piedra clave. Más de una hora estuvieron SS. MM., aclamados con estusiasmo por un pueblo conmovido y leal, contemplando con muestras de vivo interés este escena encantadora, y las admirables proporciones del puente que se elevaba á su vista y á la de todo el concurso, como nuncio venturoso del desarrollo de la riqueza y prosperidad del país, por la construcción de este gran ferro-carril. Así fué que nadie abandonó aquel punto sino con sentimiento y á hora muy avanzada de la noche.