Vista en picado en la que se ve a distintas autoridades, civiles y militares, acceder al interior del tren, para comenzar el viaje inaugural. Respiradores en el techo.

Plano general del interior del coche mirador. En los asientos dispuestos en el lateral las distintas autoridades conversan en el transcurso del viaje. En primer plano, a la derecha, Rafael Benjumea Burín, se inclina hacia su interlocutor, y Francisco Franco atiende a las explicaciones de José Luis de Oriol. Al fondo, Gabriel Árias-Salgado de Cubas conversa con otra persona, y a la derecha aparecen distintas autoridades civiles y militares, sentados en sus butacas con mesitas delante.

Vista parcial del interior del coche restaurante. En primer término a la derecha, sentados en una de las mesas, aparece el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Fernández de la Mora acompañado por su mujer. A la izquierda, un camarero atiende a los asistentes. Al fondo, distinguimos al ingeniero Francisco Martín Fernández de Heredia.

Retrato de plano entero del príncipe Juan Carlos en el pasillo central de un coche de viajeros durante el ágape que tuvo lugar en dicho trayecto. En torno a él, entre las butacas, se agrupan diferentes personajes sin identificar.

Vista parcial del interior del coche restaurante. En primer término a la derecha, sentados en una de las mesas, distinguimos al ministro de Obras Públicas, Gonzalo Fernández de la Mora y a su mujer. A la izquierda, un camarero atiende a los asistentes mientras el ingeniero Francisco Martín Fernández de Heredia entra por la puerta de acceso al coche.

Vistas parciales del interior del coche restaurante. En primer término, sentados en una de las mesas, distinguimos en actitud muy sonriente al ministro de Obras Públicas, Gonzalo Fernández de la Mora y a su mujer. Tras ellos, en otra de las mesas, distinguimos al ingeniero Francisco Martín Fernández de Heredia.

Vista general de un grupo de personas conversando y en actitud distendida, mientras toman un café. Sobre las mesillas del pasillo central se aprecian las bebidas. Las cortinas permanecen echadas, de modo que la claridad del exterior no impida la obtención de una buena toma.