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Descripción archivística
Colecciones Domínguez Prats, Pilar (Entrevistadora)
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Entrevista realizada a Ambrosio Romanos Soro por Pilar Domínguez Prats, en Alicante, el día 14 de mayo de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 90 minutos de grabación y 16 páginas de transcripción realizada por Pilar Domínguez Prats

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0027
  • Unidad documental compuesta
  • 2000-05-14
  • Parte deColecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nació en un pueblo de Zaragoza en 1916, en el seno de una familia humilde, su padre era jornalero de la construcción. Hizo allí estudios primarios y luego siguió estudiando hasta los 14 años. Desde entonces, hasta los veinte años, se formó y trabajó como electricista en una de las principales empresas de Zaragoza, "Alonso Hermanos".
En la guerra es combatiente en el bando "nacional", en el servicio de transmisiones, lo cual le permitió estar con el estado mayor franquista los tres años de guerra.
De los 23 a los 25 años continuó en su antigua empresa y solicita entrar en RENFE para tener un trabajo fijo. Se presenta como de "libre elección", sin hacer valer su carácter de ex combatiente y entra en RENFE como electricista profesional, en la estación de Zaragoza Arrabal.
Para él RENFE ofrecía varias ventajas: más vacaciones, pago de horas extra y mejor relación con los jefes.
Sus primeros destinos fueron en "alumbrado y fuerza" a cargo de los coches, primero como oficial electricista y luego tras un examen, montador, al cargo de varios obreros poco cualificados. Estuvo allí catorce años.
Relata un incidente en un coche averiado por culpa del mal mantenimiento hecho por uno de los obreros a su cargo. También describe la situación de penuria propia de la posguerra en RENFE.
La primera modernización de la empresa, hacia 1955, hace que dejen el mantenimiento de los coches para dedicarse a las señales eléctricas. Se encargó del enclavamiento eléctrico de la estación de Zaragoza Arrabal.
En esta época es elegido enlace sindical de la sección eléctrica, de una experiencia negativa pues no se podía negociar nada, todo estaba dirigido, dice él.
Él se considera de izquierdas, socialista "desengañado", cuenta que una de sus mayores alegrías fue enterarse de la muerte de Franco.
En los años setenta se produjo una nueva modernización con el CTC y ya entran jóvenes con más experiencia teórica en la RENFE.
Respecto a las ventajas sociales, no tuvo vivienda de RENFE porque cuando se casó(años 50) todavía no había. Tampoco disfrutó de ayudas para sus cuatro hijos, sólo del economato.
Para completar el sueldo trabajaba en "el vagón de socorro" que funcionaba cuando había averías; esto requería estar siempre localizable para asistir a las averías.
Además hacía algunos trabajos particulares de arreglo de electrodomésticos en los fines de semana.
Considera que las mejoras de trabajo en RENFE son ya posteriores a él, que "le ha tocao lo peor', hasta el año 81. En la actualidad vive en la residencia de ferroviarios de Alicante desde que murió su mujer.

Romanos Soro, Ambrosio (Entrevistado)

Entrevista realizada a Antonio Andreu Chazarra por Pilar Domínguez Prats, en la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Murcia, el día 9 de septiembre de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 110 minutos de grabación y 36 páginas de transcripción realizada por Carmen Grandas Vergara

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0001
  • Unidad documental compuesta
  • 2000-09-09
  • Parte deColecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nació el 29 de julio de 1945 en la casilla 31 de la línea Alicante-Murcia; su padre era obrero de vía y obras. Su madre fue guardesa, cuando se trasladaron a Torrevieja, y su abuela había sido guardesa de 1931-1943.
Describe la casilla donde vivían, junto a la huerta y un gallinero. Hizo estudios primarios incompletos y enseguida trabajó con su padre en la huerta familiar. Luego trabajó de albañil hasta que hizo el servicio militar en zapadores ferroviarios (3 años) . En la mili consiguió el certificado de estudios primarios. Como ferroviario tenía un sueldo bajo, pero le gustaba más el trabajo, que ya cono cía por su padre. Una vez licenciado como obrero primero estuvo de guardabarreras sustituto. Eran pasos a nivel muy peligrosos. Luego fue capataz de Vía y Obras, y tras un curso de 3 meses en León, se pasó a electricidad, por ser menos duro.
Critica los abusos de autoridad por parte de los ”jefes”, más frecuentes en los primeros tiempos. Habla de la evolución de los pasos a nivel, cómo pusieron primero el teléfono, luego la luz y después los quitaron. Hay barreras semiautomáticas y automáticas (las echa el tren a su paso); estas barreras las reparan los electricistas y los mecánicos.
Explica cómo funciona el turno de guardia, la “brigada de incidencias”, para el mantenimiento de las señales. Ahora está en la sección de enclavamientos mecánicos, pese a ser electricista (montador).
Ha hecho varios cursos de electrónica, de señalización, etc, pero no ha conseguido ascender a montador con especialización. Aprobó los exámenes pero no consiguió plaza. Le dieron un reemplazo como encargado, después desapareció la plaza y el servicio eléctrico fue suprimido y se quedó ya de montador en la sección mecánica. Recurrió dos veces por la plaza pero perdió. Ahora piensa que ya no ascenderá y se prejubilará a los 58 años.
Pertenece a la UGT, aunque no elogia mucho su labor. Participó en huelgas pero a menudo tuvo servicios mínimos; piensa que algunas huelgas no valieron para nada. En la actualidad las normas de trabajo son más estrictas, son las “normas de calidad europeas” que hay que cumplir. Considera que su sueldo es bajo, en comparación con las exigencias del trabajo. Se casó en 1970 con una chica de su pueblo. Tienen tres hijos que todavía viven con ellos. Ha vivido en Guadix y luego en Murcia, nunca en casas de RENFE. El médico de la empresa lo usan para los accidentes laborales y las recetas, nada más. Ha tenido algún accidente, pero de escasa importancia. Dedica su ocio a la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Murcia, de la que es el presidente; busca documentación, restaura piezas del ferrocarril (faroles, enclavamientos, etc) y está allí casi otra jornada al día. Ha pertenecido a varias asociaciones: Colegio de Huérfanos, Asociación de Empleados General de RENFE (ya disuelta), en su sector de Valencia- Aragón y la Asociación Turística Ferroviaria.

Andreu Chazarra, Antonio (Entrevistado)

Entrevista realizada a Elisa Bermejo por Pilar Domínguez Prats, en la Residencia de Ferroviarios de San Juan (Alicante), el día 13 de mayo de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 70 minutos de grabación y 20 páginas de transcripción realizada por Pilar Domínguez Prats

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0010
  • Unidad documental compuesta
  • 2000-05-13
  • Parte deColecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nacida en El Escorial, Madrid, en 1925.
Hija de ferroviarios: madre guardesa y padre primer obrero de Vía y Obras en El Espinar, donde ella ejerció de guardesa desde los 18 años a los 28.
Ella es la mayor de cuatro hermanos por lo cual se tuvo ocupar más de los negocios familiares.
Asistió unos años a la escuela primaria
Relata su infancia en el ambiente de la casilla ferroviaria, sin agua ni luz eléctrica pero bastante espaciosa para la familia. Lavaban la ropa en el río y cogían el agua de un pozo.
Cuenta además sus recuerdos de la guerra civil y la represión antirrepublicana que se realizó en El Espinar.
Describe las características del trabajo de guardesa: cómo se abrían y cerraban las cadenas del paso, cómo se hacían las señales con las banderas de distintos colores, los avisos de peligro con petardos, los turnos entre las guardesas y los descansos.
Estuvo varios años de eventual y luego consiguió los derechos de fija. Estos derechos sólo los tuvo el último año y medio, pero eran muy importantes para luego poder pedir otro destino en RENFE.
Describe cómo era la caseta de guardesa, en la que pasaba ocho horas diarias teniendo que resguardarse del frío con una estufita de carbón. Explica, también, quiénes eran las otras tres guardesas del Espinar que hacían el trabajo junto a su madre y cómo se vestían para el trabajo: con una falda y una blusa sencillas.
Resalta varias veces las responsabilidades que implicaba su trabajo en casos de accidentes en el paso a nivel, como el que ella recuerda, que supuso el despido de otra guardesa.
Explica cómo su familia completaba el sueldo de RENFE con el trabajo en una explotación ganadera familiar que incluía la venta de leche de vaca. Sin embargo, en la entrevista se mostraba reticente a hablar de temas “privados”, como éste y de todo lo relacionado con su vida familiar.
La posibilidad de viajar gratis en tren, que concedía la RENFE fue bien aprovechada por toda la familia, sus hermanos estudiaron en Madrid y ella viajaba allí de compras con sus amigas, pues contaba con bastante dinero procedente del negocio familiar. Todos sus hermanos trabajaron dentro de RENFE.
El sueldo de guardesa no lo percibía ella, lo cobraba su padre junto al del resto de la familia, afirma que era poca cantidad, “una ayuda” para las mujeres.
Trabajó en RENFE hasta que se casó, en 1953, con un trabajador de “coches” de RENFE al que conoció en la estación de El Espinar. Habla de las tradiciones de su pueblo en este tema, “la costumbre” que pagaban los forasteros que se hacían novios de una del pueblo y de la importancia que le daba su padre a “guardar el apellido”, la honra de la familia.
Al casarse fue despedida del trabajo sin indemnización, lo que ella considera injusto.
A continuación relata su vida de casada en Segovia, como mujer de ferroviario dedicada a sus hijos.
Explica las ventajas del economato de RENFE, que fue la única ventaja social de la que disfrutaron, junto a los viajes, no tuvieron ayudas para la vivienda, la enseñanza ni la sanidad. Su marido pertenecía a la Asociación de Ferroviarios.
No recuerda que hubiera huelgas ni otros conflictos laborales aunque reconoce que los sueldos de los trabajadores como su padre eran muy bajos y a menudo tenían que comprar fiado en las tiendas.
Ella, como su familia es religiosa y se considera apolítica, aunque al hablar de la guerra dice que ellos no eran rojos.

Bermejo, Elisa (Entrevistada)

Entrevista realizada a Jesús Quirós Sierra, por José María Gago González y Pilar Domínguez Prats en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (Madrid), el día 1 de marzo de 2001. Consta de 2 cintas-casete, 105 minutos de grabación y 36 páginas de transcripción realizada por Carmen Grandas Vergara

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0002
  • Unidad documental compuesta
  • 2001-03-01
  • Parte deColecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
La entrevista mantenida con Jesús Quirós, es bastante diferente al resto de las entrevistas, ya que la aportación fundamental no es la Historia de Vida, sino su visión, desde la óptica sindical, de RENFE.
Se trata de un planteamiento que se inicia en los años setenta, en el momento en que nuestro interlocutor, que contaba con 18 años, ingresa en la Red; y que tiene su culminación en los ochenta y noventa, periodo en el que el desempeño de la actividad sindical del entrevistado le permite conocer los problemas y planteamientos sindicales y en parte empresariales.
La conversación comienza con el tema de la seguridad en el trabajo, en donde se pone de manifiesto según el interlocutor la falta se seguridad y en algunos casos la negligencia de la propia Empresa.
Más tarde la conversación deriva hacia la organización sindical y su relación con la RENFE. Organización sindical de la que es miembro Jesús Quirós desde 1981; lo que posibilita a los entrevistadores tener acceso a una gran cantidad de información sobre sistemas de trabajo y normativa laboral; que va desde la organización de los turnos de vacaciones en las diferentes Secciones de RENFE, a la distribución funcional del personal de Infraestructuras.
De igual manera se aborda el papel de CC.OO. en el movimiento sindical y en particular en RENFE. Su confrontación y su diálogo con otros sindicatos, sean estos de clase o corporativos.
Aspecto destacado es el posicionamiento de CC.OO. ante el modelo de ferrocarril para España, que no es otro que un ferrocarril público bien gestionado y constantemente renovado; y en el que los trabajadores estén bien considerados social y económicamente, con altas cotas de seguridad en el desempeño de su trabajo.
El Sindicato, en palabras del entrevistado, ha realizado propuestas constructivas a los planes de modernización de RENFE, en particular en los últimos 25 años.
CC.OO. no se ha limitado, como sindicato de clase, a la defensa de los trabajadores, sino que ha luchado por un modelo de transporte ferroviario.
Modelo que incluye, en la actualidad, unas inversiones en acondicionamiento de la red ferroviaria, de las infraestructuras, para que no prioricen la Alta Velocidad en detrimento del resto de las líneas.
En cuanto a los trabajadores de Infraestructuras, la opinión del interlocutor es que el salario, el bajo salario de los trabajadores es el asunto que más preocupación despierta entre estos. El que unos salarios dignos estén en función no del salario base, sino de las horas extras que se hagan y completen el salario, o de la participación o no en las Brigadas de Incidencias, supone un motivo importante de descontento.
La sensación de inseguridad en la que trabajan los agentes y la reducción drástica de la plantilla son otros tantos problemas e inquietudes de los trabajadores de Mantenimiento e Infraestructura, al menos en palabras de Jesús Quirós.
Hay problemas de siempre, como los bajos salarios y otros que son más propios de los tiempos recientes como los de seguridad.
La entrevista confirma la opinión generalizada sobre el acceso a RENFE, también en la actualidad, se accede a RENFE pensando más en un puesto fijo que en un salario elevado, o incluso en unas prestaciones sociales que además se han ido perdiendo progresivamente.
El que los trabajadores de señales tienen una mayor consideración con respecto a los de Vía y Obras dentro de la propia Compañía, es también una confirmación de otras entrevistas y que se deduce de la propia entrevista.
Muchos de estos electricistas de señales son también representantes sindicales y activistas políticos.
La entrevista con Jesús Quirós versa también sobre la confrontación con otros sindicatos y en particular con la UGT, y como esas diferencias son causantes de un cierto desencanto y desmovilización entre los trabajadores de RENFE.
Uno de los objetivos primeros y prioritario en los años iniciales de libertad sindical era conseguir para RENFE un Convenio Colectivo, CC.OO. luchó a veces en solitario, por ese Convenio, eso ha producido un fuerte desgaste que coloca en la actualidad a la actividad sindical en una situación delicada frente a muchos trabajadores. Estos y otros aspectos similares son tratados ampliamente en la entrevista.
La conversación se orienta, también, hacia el balance del trabajo sindical en la Empresa, y aunque no siempre se han conseguido los objetivos perseguidos, frente a la Compañía, ha habido éxitos en la defensa de los derechos de los trabajadores y en la reivindicación de un modelo público de Empresa.
Finalmente hay en las palabras del interlocutor un cierto desencanto por la situación en la que han caído los ferroviarios con relación a otros trabajadores y en el contexto social general. Se concreta en desmotivación.

Quirós Sierra, Jesús (Entrevistado)

Entrevista realizada a Juan Francisco Rodríguez Rodríguez por Pilar Domínguez Prats, en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (Madrid), el día 31 de octubre de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 140 minutos de grabación y 34 páginas de transcripción realizada por Pilar Domínguez Prats

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0009
  • Unidad documental compuesta
  • 2000-10-31
  • Parte deColecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nace en Collado Mediano (Madrid) en 1964; de padre ferroviario (obrero especializado de vía y obras) y madre cocinera. Su infancia transcurrió en el pueblo, junto a sus tres hermanos, hasta 6º de EGB. Recuerda el vagón del economato y los viajes familiares en tren a Madrid los días festivos.
Luego siguió estudiando interno en Madrid, el primer grado de formación profesional (electrónica) y parte del segundo grado. No acabó este grado porque su padre le convenció para presentarse a la convocatoria de militares de ingreso en RENFE; al aprobarla estuvo tres años de servicio militar, de los 18 a los 21 años.
Describe las actividades y la enseñanza en estos años de “mili”, el primer año fue el más duro porque había una disciplina exagerada y se exigía mucho estudio. En principio pensaba ir a telecomunicaciones o señalización, pero en función de las notas y la oferta de plazas tuvo que hacer la especialidad de enclavamientos mecánicos. Hizo dos años de prácticas en enclavamientos como militar, junto a un cursillo teórico para ser oficial. Al licenciarse salió con la categoría de ayudante, pero a los dos años pasaba automáticamente a oficial. En su opinión la formación que les daban era excesivamente teórica.
Las prácticas consistían en estar seis meses en “conservación” o mantenimiento y otros seis meses en “montaje”.
El mantenimiento lo hizo en la línea de Príncipe Pío, desde Madrid a Robledo de Chavela. Revisaban todas las estaciones comprobando los cambios, los ayudantes se ocupaban de la limpieza y el engrase de los aparatos y también comprobaban su funcionamiento, divididos en grupos.
Tiene buenos recuerdos de esta primera etapa ya que en enclavamientos había compañerismo y una buena relación con la gente mayor. Las condiciones de trabajo “no estaban mal” y además valora las ventajas de los viajes gratis en tren y las vacaciones.
En los talleres de material fijo de Villaverde Bajo el trabajo era más monótono, se limpiaban los aparatos dentro del taller, aunque también hicieron el montaje de la estación de Villaluenga- Yuncler en la línea de Cáceres.
A diferencia de las épocas anteriores, trabajaban con monos, botas y guantes que daba la empresa. Estos se rompían mucho y no eran suficientes.
Considera que entró en una buena época para el ferrocarril español, había mejorado mucho en su infraestructura y en el sueldo de los trabajadores.
Los últimos meses de “mili” fueron en Chamartín, donde había mucho trabajo y poco personal. Trabajó con “los eléctricos” en la línea hasta Burgos por ser un CTC.
Destino definitivo en Santander como oficial de entrada (luego se llamó montador). La brigada de Santander, con un jefe de equipo y tres o cuatro montadores, llevaba la línea hasta Bárcena, luego al cerrar Reinosa era hasta Aguilar de Campoo. Allí estuvo desde 1985 al 92.
También estuvo “con reemplazo” en la categoría de jefe de equipo, le pagaban la diferencia entre las categorías y le daban más vacaciones.
Se presentó a la convocatoria de plaza de jefe de equipo, aprobó y le mandaron a Tarragona. Esto le supuso un trastorno familiar pues su mujer estaba en Madrid y allí nació su hija.
En Tarragona trabajó con aparatos más antiguos, como los accionamientos Siemens, eran cuatro oficiales, un jefe de equipo y un encargado. Además trabajaban en la “brigada de incidencias” para las averías; esta brigada funcionaba mejor que la antigua brigada de incidencias. Su situación familiar le hizo aprovechar, en el año 95, una posibilidad de trabajar en Madrid al margen de los enclavamientos, donde está actualmente.
En relación con la cuestión sindical da bastante información sobre las reivindicaciones de su sector. En Madrid, en los primeros años se planteaba el problema de la jubilación al cambiar la base de cotización.
También se sumaron a la huelga general de 1987 en contra de la política económica del gobierno. En Santander había numerosas asambleas sindicales en protesta por los ajustes de plantilla que se producían y por el cierre de algunas dependencias de enclavamientos. Esa fue su etapa sindical más activa dentro de Comisiones Obreras, luego en Tarragona se desvinculó bastante del sindicato.
En estos años se criticaba mucho el sistema de promoción pues se mandaba a enclavamientos a gente de otros servicios de una escala superior que impedían la promoción de los que ya estaban allí y el sistema de traslados dentro de la sección de mantenimiento e infraestructura.
Comenta también las diferencias entre la forma de trabajo anterior a él, de la gente mayor de RENFE, más vinculada a la empresa y al mundo ferroviario y los trabajadores actuales, más individualistas.

Rodríguez Rodríguez, Juan Francisco (Entrevistado)

Entrevista realizada a Manuel Villajos por Pilar Domínguez Prats, en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), el día 7 de agosto de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 110 minutos de grabación y 49 páginas de transcripción realizada por Carmen Grandas Vergara

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0008
  • Unidad documental compuesta
  • 2000-08-07
  • Parte deColecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Manuel Villajos nació en Alcázar de San Juan en 1930. Hace los estudios primarios y a los 11 años, por necesidad económica, se va a trabajar como pastor para unos ganaderos del pueblo. Continuó este oficio hasta los 17 años, entonces empieza a estudiar en una escuela ferroviaria particular con la intención de entrar en RENFE.
En 1949 ingresó en RENFE como obrero de vía y obras, poco después le ponen a trabajar de "listero", apuntando las tareas que hacen sus compañeros.
Hace el servicio militar en el regimiento de zapadores ferroviarios, después vuelve a Alcázar a una brigada de vía y obras donde trabajó como mecanógrafo. Allí le ocurrió un incidente grave para él pues "se jugaba el pan", cuando se acababa de casar, hacía un año.
Relata con detalle ese incidente: en el año 1959, un compañero le acusó de haber promovida una huelga de ferroviarios, lo cual era falso. Tuvo un juicio de conciliación donde se demostró su inocencia, gracias al apoyo de su jefe y de los compañeros. El promotor del incidente se tuvo que marchar a otro lugar.
Habla de las condiciones laborales en aquellos años 40 y 50, con sueldo bajos y sin herramientas para trabajar, pero sin posibilidad de protestar por ello ya que siempre había otro dispuesto a coger el trabajo.
Más adelante pasa a ser obrero especializado mediante un examen. Luego le proponen ir al sector de enclavamientos "con reemplazo", no fijo. Allí estuvo haciendo el trabajo de engrasador con la categoría anterior; es decir, como obrero especializado (en la entrevista se lee la carta de contestación del director de RENFE, de 1964, a su escrito por haber cobrado de más, la dirección le concedió un premio a su honradez).
Describe el trabajo de engrasador en un enclavamiento hidráulico: limpiar los cambios, las agujas, los cerrojos, las señales y engrasar los cojinetes de los cambios para que las agujas resbalaran bien; lo más importante era la limpieza de todos los aparatos.
Considera que era un trabajo más suave que el de obrero de vía, pues ya no se usaba pico y pala. Había turnos de 8 horas de mañana, tarde y noche. En la brigada había 3 oficiales, 2 ayudantes, dos engrasadores y otros cuatro que no tenían la categoría pero hacían de engrasadores.
En el año 1968 hace una reclamación al director de RENFE para que le reconozcan la categoría de engrasador y gracias a su reclamación se admite el paso directo a la categoría de engrasador de enclavamientos. La plaza era en Sta. Cruz de Mudela, pero no llegó a trabajar allí porque hacía falta en Alcázar de San Juan.
El puesto de ayudante engrasador de enclavamientos lo consigue por medio de un examen en 1982. Su tarea es colaborar con el oficial. Las duras condiciones de trabajo mejoraron con la llegada de otro jefe de equipo a la brigada de enclavamientos, "El Maña", que consiguió que se hiciera un taller de trabajo, allí había una taladradora y una fragua eléctrica, entre otras cosas.
Trabajó de ayudante de enclavamientos sin que se le reconociera esta categoría hasta que se examinó. A partir del 82 fue difícil ascender de categoría porque no había concursos. Como ayudante tenía que hacer un trabajo más especializado: mirar los niveles de agua del depósito del enclavamiento hidráulico, comprobar las agujas y los cambios, etc. La electrificación de las líneas afectó a estos enclavamientos provocando averías.
Habla de las ventajas sociales de la RENFE, en Alcázar había un importante poblado ferroviario pero el no vivió allí porque tenía la casa de su mujer. Sin embargo habla muy bien de la escuela de aprendices de Villagarcía de Arosa donde estudió su hijo soldador chapista, durante tres años desde los 14.
Para él los sindicatos fueron responsables del declive de estas escuelas porque redujeron a un solo año los estudios que allí se hacían. Tiene una actitud crítica respecto a los sindicatos, aunque estuvo afiliado a UGT. Sólo considera bueno el primer convenio que se firmó con los sindicatos, luego dice que no conseguían nada con las huelgas.
Después pasó a instalaciones de seguridad como montador mecánico (1984), un trabajo más sencillo porque funcionaba con un motor eléctrico.
En la última etapa estuvo en Socuéllamos, hacía de oficial, jefe de otro obrero, pero con la categoría de ayudante. Le pagaban lo mismo, más dos horas extra y la comida. Se jubila con 56 años, en 1986, porque tenía más ventajas económicas para él. Tiene creencias religiosas aunque no es practicante.

Villajos, Manuel (Entrevistado)

Entrevista realizada a Ramona Martín Molina por Pilar Domínguez Prats, en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (Madrid), el día 5 de junio de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 97 minutos de grabación y 47 páginas de transcripción realizada por Carmen Grandas Vergara

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0003
  • Unidad documental compuesta
  • 2000-06-05
  • Parte deColecciones

RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Ramona Martín nació en Coslada, Madrid, el 15 de junio de 1930, en una casilla doble de la vía. Su padre era obrero primero de Vía y Obras y su madre guardesa en Humanes de Madrid. Apenas fue a la escuela pues quedaba muy lejos de la casilla donde vivían.
Describe cómo realizaba el trabajo de guardesa, primero su madre y luego ella, ya en San Fernando de Henares.
Su padre fue quien le propuso trabajar de guardesa y para ello tuvo que hacer el Servicio Social en Madrid, consistía en tres meses de costura y tres de lectura de textos falangistas. Tenía ya 21 años. Al año siguiente la hicieron fija.
Desde pequeña trabajó cuidando los animales que tenían en la casilla, estas tareas se compaginaban con el trabajo de guardesa. También cosía su ropa en casa.
Respecto al trabajo como guardesa describe cómo era la jornada de 8 horas en el paso, en una zona con mucho tráfico ferroviario (línea Madrid- Barcelona) y donde había nieblas con frecuencia por la cercanía del río Henares. El tráfico de la carretera venía de las fincas rurales de los alrededores.
En el trabajo se alternaba con su madre porque las dos estaban cerca del paso (en la casilla), mientras una hacía las tareas de la casa la otra vigilaba. Comenta la gran responsabilidad del trabajo y los peligros de accidente en día de niebla.
Los descansos de las guardesas los hacía un obrero de vía y obras, también eran los guardabarreras nocturnos. El control de su trabajo lo llevaba el capataz de vía y obras.
El sueldo de guardesa era muy poco en su opinión, una ayuda para la familia; ella se lo daba a sus padres para que lo administraran.
No tenía un uniforme de guardesa, sólo tenía que llevar un delantal azul marino con una tira roja.
Se casó con 25 años, su marido trabajaba en la base aérea de Torrejón de chófer, y poco después nació su hija. Continuó como guardesa y vivía en la casilla con su marido hasta que el niño tuvo que ir al colegio. Entonces pidió excedencia en RENFE toda la familia, sus padres y ella. Cuando ellos se marcharon quitaron el paso a nivel y no hubo más guardesas allí.
Después se fue a vivir a Torrejón y trabajó de ama de casa, hasta 1983, reingresa con la categoría de limpiadora hasta que se jubila. Su familia y ella son religiosos y apolíticos.
Ella muestra bastante aceptación de las condiciones de trabajo de RENFE y piensa que los trabajadores estaban contentos.
Describe con detalle el trabajo que realizaba con "los bichos", los cerdos, conejos y gallinas que criaban junto a la casilla.

Martín Molina, Ramona (Entrevistada)