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Colecciones Compañía de Los Caminos de Hierro del Norte de España (1858-1941)
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Entrevista realizada a Victorio Fernández-Arias por José María Gago González, en León, el día [20 de noviembre de 2000]. Consta de 2 cintas-casete, 110 minutos de grabación y 16 páginas de transcripción realizada por Pilar Folguera Crespo

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0024
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  • 2000-11-20
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Victorio Fernández-Arias nace en Grulleros, provincia de León. Hijo y nieto de ferroviarios, sus abuelos trabajaron en la Compañía del Norte. Su abuelo era obrero de Vía y Obras y su padre fue Obrero, Capataz y Sobrestante. Su madre fue guardesa en Oteruelo (León). Procede de una familia numerosa de siete hermanos y su infancia transcurrió parte en una casilla de RENFE, parte en León en las casas que facilitaba la empresa a sus trabajadores.
Parte de sus estudios los realiza en la Hermandad Ferroviaria donde tenía que trasladarse diariamente andando incluso durante los fríos inviernos de León. Realiza sus estudios primarios durante catorce años, entre 1942 y 1951. Posteriormente realizará estudios medios de Maestría Industrial.
Comienza a trabajar en RENFE con diecisiete años en 1954 como Obrero Eventual de Vía y Obras, entre 1954 y 1957 y de Enclavamientos hasta 1961 en la localidad de Sahagún de Campos, en la provincia de León.
Reconoce que el hecho de que sus abuelos y su padre fueran ferroviarios influyó definitivamente para que él ingresara en la Compañía: Lo llevabas dentro. Yo, toda la vida, la verdad, lo llevaba dentro.
En 1964 pasa a Ayudante de Línea Electrificada, en la Rua-Petín (Orense), Monforte de Lemos (Lugo), y León (capital). Recuerda de esos años que hubo mucha gente que le ayudó y le enseñó muchos y él estaba siempre deseoso de aprender de sus compañeros y amigos. El trabajo en Electrificación era fundamentalmente el de revisar la catenaria, reparar los aisladores, en suma su trabajo consistía en cambiar continuamente las piezas que se desgastaban o rompían, esto es, mantenimiento y conservación de los equipos.
El trabajo era muy peligroso, aunque previamente se cortaba la corriente, no existían medidas que permitieran saber con absoluta seguridad la ausencia de corriente por lo que eran relativamente frecuentes los accidentes.
En 1966 asciende a Oficial Celador de Línea Electrificada y es destinado primero a Reinosa (Santander) y luego a León capital. Pasa posteriormente a la categoría de Jefe de Equipo de Línea Electrificada en el mismo León y en Nava de Asunción (Segovia). En los últimos años ha desempeñado los puestos de Encargado de Línea Electrificada, Subjefe de Sección de Línea Electrificada y Jefe de sección de Línea Electrificada.
En 1997 se jubila con 60 años y más de cuarenta años de servicio en RENFE. De los cuales guarda un buen recuerdo.

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Entrevista realizada a Ambrosio Romanos Soro por Pilar Domínguez Prats, en Alicante, el día 14 de mayo de 2000. Consta de 2 cintas-casete, 90 minutos de grabación y 16 páginas de transcripción realizada por Pilar Domínguez Prats

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0027
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  • 2000-05-14
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nació en un pueblo de Zaragoza en 1916, en el seno de una familia humilde, su padre era jornalero de la construcción. Hizo allí estudios primarios y luego siguió estudiando hasta los 14 años. Desde entonces, hasta los veinte años, se formó y trabajó como electricista en una de las principales empresas de Zaragoza, "Alonso Hermanos".
En la guerra es combatiente en el bando "nacional", en el servicio de transmisiones, lo cual le permitió estar con el estado mayor franquista los tres años de guerra.
De los 23 a los 25 años continuó en su antigua empresa y solicita entrar en RENFE para tener un trabajo fijo. Se presenta como de "libre elección", sin hacer valer su carácter de ex combatiente y entra en RENFE como electricista profesional, en la estación de Zaragoza Arrabal.
Para él RENFE ofrecía varias ventajas: más vacaciones, pago de horas extra y mejor relación con los jefes.
Sus primeros destinos fueron en "alumbrado y fuerza" a cargo de los coches, primero como oficial electricista y luego tras un examen, montador, al cargo de varios obreros poco cualificados. Estuvo allí catorce años.
Relata un incidente en un coche averiado por culpa del mal mantenimiento hecho por uno de los obreros a su cargo. También describe la situación de penuria propia de la posguerra en RENFE.
La primera modernización de la empresa, hacia 1955, hace que dejen el mantenimiento de los coches para dedicarse a las señales eléctricas. Se encargó del enclavamiento eléctrico de la estación de Zaragoza Arrabal.
En esta época es elegido enlace sindical de la sección eléctrica, de una experiencia negativa pues no se podía negociar nada, todo estaba dirigido, dice él.
Él se considera de izquierdas, socialista "desengañado", cuenta que una de sus mayores alegrías fue enterarse de la muerte de Franco.
En los años setenta se produjo una nueva modernización con el CTC y ya entran jóvenes con más experiencia teórica en la RENFE.
Respecto a las ventajas sociales, no tuvo vivienda de RENFE porque cuando se casó(años 50) todavía no había. Tampoco disfrutó de ayudas para sus cuatro hijos, sólo del economato.
Para completar el sueldo trabajaba en "el vagón de socorro" que funcionaba cuando había averías; esto requería estar siempre localizable para asistir a las averías.
Además hacía algunos trabajos particulares de arreglo de electrodomésticos en los fines de semana.
Considera que las mejoras de trabajo en RENFE son ya posteriores a él, que "le ha tocao lo peor', hasta el año 81. En la actualidad vive en la residencia de ferroviarios de Alicante desde que murió su mujer.

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Entrevista realizada a Luis Esquerdeiro Martínez por Pilar Díaz Sánchez, en la Residencia de Ferroviarios de San Juan (Alicante), el día 26 de junio de 2000. Consta de 1 cinta-casete, 58 minutos de grabación y 28 páginas de transcripción realizada por Pilar Díaz Sánchez

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0012
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  • 2000-06-26
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Ingresó en la Compañía del Norte en 1940, con 20 años, (ha nacido en 1920) y su padre era Interventor de la misma Compañía, debió entrar en 1920, no marchaba mal porque cobraba su sueldo, -las dietas-, cuando salía por ahí, y además un tanto por ciento del dinero que se recogía de los viajeros que no llevaban billete. Los Interventores marchaban tan bien “que se podían permitir el lujo de pagarme a mi un colegio que costaba 10 duros”. En los años cuarenta, con el estraperlo los Interventores ganaban mucho dinero, porque la gente iba cargada de bultos y sin billetes y entonces sacaban una buena prima. Los Interventores actuaban con los policías y la Guardia Civil, que iban siempre en los trenes en esos años.
RENFE proporciona una amnesia sobre la ideología política, parece que durante los años del franquismo anestesia todo recuerdo. El entrevistado vivía, con sus padres, en Madrid, y su casa fue bombardeada y destruida durante un ataque de la aviación, se salvan de milagro, porque estaban durmiendo con una tía, pero a pesar de esto su padre no “era político”, no se destacó y no quiere decir nada de la guerra.
Él ingresa por oposición como delineante en el año 1940 en la Compañía del Norte, porque después de la guerra, entre los que habían muerto y habían depurado, había muchas vacantes. Señala que había dos mujeres, hermanas, trabajando de delineantes en Madrid en esos años. Desde el principio este hombre tenía claro que quería ascender, por eso dejó el trabajo de delineante y se fue a la Vía.
Es significativo que sólo con el bachiller, ya pudiera ser delineante.
Explica el funcionamiento así: ”La Sección de Vía y Obras hacen los presupuestos, hacen los planos y tal..., van a la zona, la zona aprueba hasta no sé que millones, si pasa de esos millones los aprueba la Dirección General y.,y luego hay que contratar la obra y se lleva la obra y tal.., por ejemplo una Sección de Vía y Obras suele tener 4 distritos, los distritos suelen ser de 60,70,80 km con brigadas, unas brigadas compuestas de capataz primero obrero y varios obreros y esos hacen el mantenimiento de la vía, y cuando yo empecé con esto se hacía todo con pico y pala, luego después ya se han metido las máquinas, y se ha quitado a toda esa gente, y luego ya después la conservación se lleva con las grandes máquinas bateadoras estas, niveladoras, perfiladoras”.
Cuando comienza a tener a su cargo mucha gente, 300 hombres en barracones, por ejemplo, recurre a la pistola que RENFE le proporciona por ser Alférez de Complemento.
Habla de accidentes muy graves, 10 o 12 hombres asfixiados en un túnel.
Aporta una interesante visión de un alto mando en la Empresa.

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Entrevista realizada a Leonardo Onís del Puerto por Pilar Díaz Sánchez, en la Residencia de Ferroviarios de San Juan (Alicante), el día 26 de junio de 2000. Consta de 1 cinta-casete, 84 minutos de grabación y 60 páginas de transcripción realizada por Pilar Díaz Sánchez

  • ES 28079. AHF D-1-2-1-1-PHO-0001-0013
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  • 2000-06-26
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RESUMEN DE LA ENTREVISTA:
Nace en 1903 en Rágama, Salamanca; casado con una guardesa, lo fue durante 9 años, tiene un hijo que es licenciado en Químicas, que también trabaja en RENFE Familia muy humilde que emigra a Pamplona porque allí tiene un tío y un hermano que trabajan en los ferrocarriles; emigra toda la familia y él acude a una academia gratuita a aprender a dibujar. Ingresó en 1921 en la Compañía del Norte de España. Ha sido obrero, Capataz y Sobrestante durante 30 años. Tiene grandes facultades para el dibujo y ha aportado algún dibujo para el proyecto. Comenzó dibujando los cambios de vía y dice que llegaba a dirigir las obras. El hecho de que dibujaba tan bien le posibilita el ascender a Obrero primero sin tener que desplazarse a un puesto que no reunía las condiciones mejores. Desde que es Obrero fijo, tiene casa. Se jubila en 1971.
Hace la mili en caballería y montaba muy bien a caballo, por eso le mandan a Madrid a la escuela de equitación; está en Madrid en el año 1924 y dispuesto a ir a la guerra de Cuba, pero la finalización de la misma en ese año le permite continuar en España.
Relata su trabajo en la Compañía de Ferrocarriles del Norte y dice que era la mejor que había y cómo se trabajaba, “que eran como hermanos”. Descripción de la comida en común y de la vida en Pamplona, que “a pesar de que el sueldo era pequeño, tenían muchos beneficios”.
Su mujer ejerce de guardesa para conseguir la vivienda en la que viven; describe el trabajo de guardesa y no le da demasiada importancia, dice que lo hacía “porque quería que él tirara para adelante”. Los turnos de las guardesas y de los guardabarreras eran 8-8-8, pero el guardabarrera por la noche. La guardesa ganaba 1 peseta.
Forma parte de un “tren de avance” que va reparando las vías en la guerra civil.
Resulta muy interesante como se describe apolítico, que no pertenece a ningún partido ni sindicato, a diferencia de sus compañeros que eran de la UGT o del P.C., para a continuación decir, “o sea que era de derechas”.
Cuenta como la Guardia Civil llevaba control de todo el personal y como él lee estos informes de una cartera que se dejan olvidada en su casa.
Cuando trabaja en un rebaje de un terraplén en Cortes, hay 400 hombres trabajando y más de 100 son prisioneros, empieza a contar esta historia cuando dice que estaba trabajando en el tren de avance y los jefes confiaban en él, a pesar de que seguía siendo obrero primero, no había ascendido porque con la guerra se habían detenido los ascensos.
Sobre el trato con los prisioneros presume de que él los trataba muy bien y los hacía trabajar mucho, porque a veces les permitía que estuvieran con la familia cuando iban a verlos, dice que cuando les licenciaban se iban a despedir muy contentos.
Dice que además iba el sargento o el teniente a pedir informes de los prisioneros y que como no les dejaba hablar de política, le querían mucho. En realidad la confianza que se tiene en él es fruto del colaboracionismo con el nuevo régimen.
Le encargan que se haga cargo de la línea de Soria, que se agrega a la de Pamplona, para que vaya a inspeccionar todo aquello, cuando se produce el Rescate, porque él estaba destinado en la Compañía del Norte y dice que como la dirección de esta línea sabía que “iba a venir la RENFE”, no había metido traviesas en 3 años y había descarrilamientos todos los días.
Describe como en la Compañía del Norte el economato consistía en un vagón o dos del tren que pasaba con lo que se pedía, lo que pedían las guardesas y los obreros. También como llenaban los aljibes con el agua que llevaba el vagón-cisterna, en los años 1925, 26, 27.
Resulta de interés todo lo que dice relativo a la Compañía del Norte.
Acaba la cinta criticando la actuación del Director de RENFE Valverde al que acusa de haber estafado con la compra de unos terrenos en Madrid y con el AVE.

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