Área de identidad
Tipo de entidad
Forma autorizada del nombre
Compañía del Ferrocarril de Cortes a Borja (1889-19??)
Forma(s) paralela(s) de nombre
Forma(s) normalizada del nombre, de acuerdo a otras reglas
Otra(s) forma(s) de nombre
Identificadores para instituciones
Área de descripción
Fechas de existencia
Historia
NOTA HISTÓRICA: La construcción y explotación de los denominados caminos de hierro era realizada por las sociedades
constituidas con arreglo a las prescripciones del Código de Comercio. Para constituir una compañía de ferrocarriles era imprescindible que el Gobierno hubiera concedido su autorización, lo cual suponía que las empresas debían generar un proyecto. La aprobación de los proyectos no tenía lugar sin la confrontación
practicada sobre el terreno por los ingenieros del Estado, emitiendo dictamen a la Junta consultiva de Caminos, Canales y Puertos. Una vez aprobadas y aceptadas recíprocamente las condiciones de la concesión, el Gobierno debía presentar a las Cortes el oportuno proyecto de ley con los documentos que la legislación ferroviaria imponía.
En el último tercio del s. XIX surge el Ferrocarril Económico de Cortes a Borja para enlazar con la línea de Alsasua a Zaragoza, explotada por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. Este proyecto está fechado en Madrid el 30 de octubre de 1885 y fue realizado por el ingeniero Hermenegildo Gorría Royán. Tras varias iniciativas, el 3 de febrero de 1885 se daba lectura en el Senado a la proposición de autorización para la constitución de este ferrocarril de vía estrecha. Para formalizar su concesión se constituyó la Compañía del Ferrocarril Económico de Cortes a Borja y se presentó el proyecto que aquí destacamos.
En cuanto a su contenido, el proyecto está compuesto por cinco volúmenes. En primer lugar, la Memoria descriptiva, dividida en cuarenta y cuatro capítulos, donde se reflexiona acerca del objeto, necesidad, utilidad y ventajas de este ferrocarril. Recoge, además, detalles sobre posibles trazados del ferrocarril –atendiendo a los gastos de construcción, conservación, explotación y a los productos estimados–, información y datos de la descripción topográfica y geológica del terreno, distribución de pendientes y curvas, sistema de vía y razones para su adopción, obras de fábrica, línea telegráfica, distribución y clasificación de las estaciones, coste del ferrocarril, gastos de explotación, tarifa de transportes, datos estadísticos, etc. El segundo volumen está dedicado a los Planos, donde se recoge la planimetría necesaria para definir completamente su trazado: “Plano topográfico; perfil longitudinal; perfiles transversales; secciones transversales de la vía; sistema de vía; tajeas y alcantarillas; modelos para estaciones de 1ª clase, 2ª clase y 3ª clase; cochera y taller; muelles; retrete; aguada; plano del empalme en la estación de Cortes; planos generales de las estaciones; material móvil; y casilla de guarda”. Por otro lado, el documento Presupuesto, donde se define detalladamente, entre otros, el coste de las obras, los precios medios o el estudio de jornales y expropiaciones. Su estudio constituye la base económica para la contratación de la obra. El volumen de las Cubicaciones de las obras de tierra comprende los cálculos necesarios para efectuar las obras sobre el terreno. Por último, en el quinto volumen, Pliego de condiciones facultativas, se especifican las obras a realizar, fijando las condiciones a cumplir, los materiales a emplear, los plazos parciales y generales de ejecución o las garantías económicas de cumplimiento. En su conjunto, el proyecto es un documento esencial e imprescindible, que define todos los pormenores del trazado de la vía férrea, recogiendo todas aquellas decisiones que han contribuido a la configuración de la red ferroviaria actual. El proyecto establecía una longitud de 16,962 kilómetros de línea, aunque finalmente el trazado –inaugurado el 27 de mayo de 1889– sería de 17 kilómetros y 543,75 metros. El Ferrocarril de Cortes a Borja estuvo sesenta y seis años en explotación, produciéndose la suspensión definitiva de su servicio el 30 de abril de 1955, a pesar de la oposición popular a su cierre. La clausura estuvo motivada, por un lado, por la degradación de su material rodante e instalaciones, lo que comprometía la seguridad; y, por otro, por la mala situación económica que atravesaba la compañía.